Carta abierta
Por: Benigno Canache
Por: Benigno Canache
Señor Arquitecto, ¿por qué me miró y me sonrió como si me conociera y me regaló un estrellado cielo en las noches, acompañado por el silbido del viento que no conoce el silencio? Veo el Sol y se me parece a usted: grande, fuerte, con mucho brillo… Sus largos brazos rodean toda mi casa, esa que algunos llaman Tierra. No sé por qué, cada mañana, lo veo desalojando de cada hoja, de cada flor, al roció que dormía plácidamente y en silencio y comienza su ardua labor. En la tarde, poco a poco, cede el paso a doña Luna, quien viene muy fresquecita acompañada de fría brisa y un color un poco oscuro… Pero, allí no queda todo… En algunas ocasiones, trae consigo un extraño, pero bello y dulce sentimiento. Lo riega por la Tierra como sembrándola toda, llenando cada rincón… Una vez, por un descuido, una gota salpicó y fue grande, lo aseguro, lo que en mis sueños se sembró… Pero mire usted… qué cosas… ahora recuerdo yo, estando callado una noche, viendo una gran extensión que llaman Mar, logre ver como la Luna, las Estrellas y la extensión brillante y de sonido recio llamada Mar, en probada complicidad y descarada alevosía, preparaban emboscadas con un aroma dulzón, de esos que roban suspiros y te crece la ilusión… No recuerdo bien su nombre, creo que lo llaman amor… No sé si porque adormece o te toca la razón, o porque cuando esta cerca se te ablanda el corazón… Señor Arquitecto hay otra porción muy fuerte a la cual llaman Tierra, la Pacha Mama, a esa también la vi hablando con los antes mencionado. Allí la siembra dio buen fruto, mire usted todo poblado… Aprendimos a quererla, a cuidarla y a defenderla, como tesoro preciado. Pero eso no es lo que me ocupa y no me deja callado, es que caminando un día, pensativo me encontré entre lagrimitas dulces que algunos llaman la Lluvia, se sumaba a la tertulia de los antes mencionados y ya me vi sin escape un poco paralizado al ver que entre todos ellos ya un plan habían orquestado para sitiar al humano que vive por estos lados, con el aroma dulzón que nos vuelve colorados, nos inunda palmo a palmo, nos hace temblar las piernas y nadie se le ha escapado… Señor Arquitecto, cuando contemplo cada uno de los elementos antes citados, me felicito por ser su amigo, por tenerlo a mi lado , por la admiración que siento, porque todo lo ha pensado, cada cosa en su lugar y creo que nada le ha sobrado. Tengo la Lluvia , el Sol, el Mar, la Tierra, la Luna, las Estrellas , el Viento, el Rocío y a Usted… y eso que no he comentado que entre todos juntos sin quererlo me han contado , que todo lo que Usted hizo, incluyo lo no mencionado, lo hizo para conquistarme, enamorarme y pedirme… que me quede para siempre de su lado.
Publicado en el Poemario "CANTO A TRES VOCES" de Benigno Canache. Publicado por la ONG Proyecto Expresiones.
Publicado en el Poemario "CANTO A TRES VOCES" de Benigno Canache. Publicado por la ONG Proyecto Expresiones.
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