Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre
( Salmo 23: 1-3)
Cuando permitimos que Dios nuestro pastor nos guíe, tenemos contentamiento. Cuando decidimos pecar, sin embargo, estamos decidiendo ir por nuestro propio camino y no podemos culpar a Dios por el entorno que nosotros mismos hemos creado. Nuestro pastor conoce los "delicados pastos" y las "aguas de reposo" que nos restaurarán. Llegaremos a esos lugares únicamente cuando lo sigamos en obediencia. Al rebelarnos contra la dirección del buen pastor en realidad nos rebelamos contra lo que nos conviene. Debemos recordar esto la próxima vez que nos veamos tentados a ir por nuestra cuenta y no por el camino del pastor.
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