Yo Quiero ser un Adorador
Autor: José Eduardo Sibrián
…Los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.
Juan 4:24
La mayoría de los cristianos hemos
escuchado en repetidas ocasiones hablar acerca de la adoración, en la
actualidad se realizan muchas actividades encarriladas a fomentar el mayor entendimiento de lo que concierne la adoración, por tal motivo hoy escuchamos de seminarios, congresos, capacitaciones, cursos y una serie de enseñanzas que lleven al pueblo de Dios a ser verdaderos adoradores.
Pero si te tomas el tiempo para indagar
qué es lo que significa la palabra adoración para un cristiano de hoy en
día, notaras que la mayoría hemos enmarcado la adoración en un tiempo específico dentro del programa dominical, algunos harán referencia a las alabanzas que siguen después de los coros de avivamiento
o las alabanzas de júbilo, otros lo relacionaran con levantar las manos
y llorar con bastante intensidad mientras se muestran las expresiones a
través del ceño.
Quizá hemos llegado a esas conclusiones
debido a que se ha escuchado por mucho tiempo ideas erróneas
relacionadas a este tema que han plasmado ciertos rasgos que denoten lo
que es o no la adoración y así nos hemos acomodado con cada una de esas
ideas que un día aprendimos del “ministro de alabanza”, y lo encierro en
comillas por que existen muchos
siervos que tienen a cargo ministerios de alabanzas a los cuales las
personas los estiman mucho porque los escuchan hablar del tema de la
adoración y ese simple hecho hace que se les vea en un peldaño más alto
que el resto de los hermanos, pero en realidad algunos hablan de la
adoración pero no viven en adoración.
En el libro de Génesis en el capítulo
cuatro encontramos una historia de dos hermanos, uno de ellos se
dedicaba a pastorear ovejas su nombre era Abel, mientras que Caín su
hermano era agricultor, ambos habían aprendido a darle lo mejor a Dios y
sabían muy bien lo que a Dios le agradaba. Un día ambos trajeron
ofrenda a Jehová, Caín había llevado del fruto de sus cultivos mientras
que Abel por su parte presentó las primicias de sus ovejas, de lo más
gordo de que pudo encontrar en el rebaño; la Palabra muestra que a Dios
le agrado mucho la ofrenda que Abel había presentado mas no la ofrenda
que había traído su hermano Caín, este ultimo al saber la noticia se
enojo demasiado a tal punto de no controlar sus emociones y
posteriormente decidió matar a su hermano.
No es que a Dios le desagradara las
muestras de gratitud de Caín por ser fruto de la tierra, sino que en el
antiguo pacto la ofrenda que se presentaba era la de animales
determinados para ofrecerse en sacrificio vivo, pero Caín no lo hizo de
la forma que debía hacerse; así mismo nosotros al hablar de adoración
hemos adaptado a nuestra forma de vida costumbres que según nosotros
reflejan la adoración a Dios. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adoraran al Padre en espíritu y en verdad; porque
también el Padre tales adoradores busca que le adoren (Juan 4:23); Jesús
nos dejo una de las mejores enseñanzas acerca de la adoración y es que
Dios desea adoradores de verdad y no de domingos, no cuando nos dan el
privilegio de cantar en la iglesia, sino cuando estamos solos en nuestra
habitación, y no solamente que adoremos en verdad sino también guiados
por su Espíritu Santo a ser la clase de adoradores que Dios busca.
Este día déjame decirte que Dios te está
buscando, que él te espera para estar contigo, porque adoración no es
ir al culto y cantar para sentirle sino estar con él sintiéndole para
que resultado de eso sea tu deseo de ir a la iglesia a conocer más de
él, sabes, la adoración no se basa en cantar pues si se tratara de eso
los que cantamos mal estaríamos dando una mala adoración y a Dios no se
le da lo malo ni nada a medias pues él exige TODO; así que si tu quieres adorarle lo puedes hacer en el silencio de tu habitación, mientras cocinas, mientras te diriges a tu trabajo,
no es necesario que pongas una alabanza tranquila no te compliques
aunque lo puedes hacer, lo puedes hacer cuando caminas, cuando te estás
bañando, incluso cuando sacas a caminar a tu mascota; lo importante es
que entendamos que a Dios le agrada no la adoración sino una vida de
adoración, tu forma de vivir, tus formas de reaccionar ante las
dificultades muestran tu adoración, en tus relaciones muestras tu
adoración, le adoras cuando le crees firmemente, cuando ayudas a tu
prójimo, cuando te sometes a tus autoridades y lideres, cuando no vives
quejándote de la vida, le adoras cuando tu primer pensamiento en la
mañana es Él, le adoras cuando tus últimas palabras en las noches son
gracias Jesús, y le adoras cuando después de reflexionar en este tema tú
decides preguntarte antes de hacer o decir cualquier cosa ¿esto que
voy a hacer o decir será para Dios un olor grato de adoración o no?
Espero que este día puedas decir:
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